9/12/14

Gallinas y Leonas

Toda mi vida he estado en contacto con familias en las que había niños pequeños, primero por mi condición de canguro, cuando era más joven, y ahora como Logopeda.

He tenido mucha suerte y he aprendido muchísimo de ello. Cada mami y cada papi, con su estilo particular, iban enseñándome indirectamente cosas que más tarde serían tremendamente útiles para mi.
 Maneras de educar,de perder la paciencia,de tener paciencia por tres, de maleducar,de dar lecciones magistrales, de echar broncas afinadas como una sinfonía de Beethoven,de contar hasta 10, de pasar de todo, de prometer la luna a cambio de un baño, de desbordar cariño,de gritar como una loca, de lidiar con berrinches, con chicles pegados en el pelo,con garajes innundados y cortinas chamuscadas...
Fue una etapa muy divertida, intensa y reveladora.... y, junto con la propia educación recibida,teniendo en cuenta que tengo 5 hermanos, creo que puedo decir que hice un master anticipando de lo que podría ser mi vida futura como madre.


Conocí en esa etapa a una persona que clasificaba a las "madres" en dos grupos.

Mamás Leonas y Mamás Gallinas.

Sin ánimo de etiquetar de manera peyorativa o menospreciar, me resultaba divertida esa manera de clasificarlas y desde mi ignorancia e inexperiencia, inevitablemente yo sacaba mis prejuicios a pasear y también las miraba de esa manera.

 Estaban las que no paraban de "cacarear" aturullándome y volviendo locos a sus hijos,sonando mocos a niños suficientemente mayores como para fumar su primer pitillo y las que leían plácidamente en su sofá sin inmutarse mientras sus "cachorros" trepaban por todo lo trepable, hasta que alguien  hacía que perdiera la paciencia y entonces lanzaban un rugido al aire que ya quisiera Simba en sus buenos tiempos...

Las mamás que corrían con cara de pánico hacia su "bebé" de 7 años al verlo tropezar y las que sólo reaccionaban si había que coser.
Las mamás de "lo que tú quieras cariño" y las de "estoy super tranquila...hasta que exploto y grito".

Esas mamás que somos todas. ¿O no?

¿Quien no ha querido arropar bajo su ala protectora a sus hijos, pensando que "qué va a hacer si mí" alguna vez?¿Quién no los ha asfixiado cuando pretendía "cuidarlos"?

O en el otro extremo, ¿Alguna ha conseguido no gritar a sus hijos nunca? ¿Quien no ha pretendido dejarles espacio, pero ha terminado interviniendo con un "rugido"?

Y para terminar dando un paso más... ¿Cuántas sois capaces de ser gallinas y leonas el mismo día, varias veces?

¡Yo la primera!

Tenemos días de "esto pasadito en puré, por si se atraganta" y "tú mastica fuerte cariño que ya eres mayor!", días en los que por la mañana les ponemos doble camiseta porque "van a coger una pulmonía" y por la tarde no nos importa que no se laven las manos antes de comer el bocadillo "aisss...ahora subir a casa, por un día...a ver si tengo una toallita..."

¿Y por qué? ¿Por qué somos así? ¿Por qué, a pesar de ser personas maduras y con sentido común,en lo que se refiere a los hijos, aunque nos esforzamos, no tenemos un rumbo fijo? ¿Por qué vamos improvisando en lo que más importa en este mundo? 

Pues porque las mamás humanas (ni leonas ni gallinas) viven en un mundo muy complicado...mucho más que la sabana o el corral.

En el mundo actual, en el que necesario tener una diplomatura universitaria y hablar dos idiomas para trabajar vendiendo ropa, no nos hemos parado a pensar que ser padres/madres es la tarea más natural y a la vez más complicada que existe. Venimos preparados de serie para procrear y tener descendencia, pero educar son palabras mayores.¿Dónde se estudia ese Máster?
No es lo mismo educar a un niño en una ciudad de 3 millones de habitantes que en una aldea de 100. No es lo mismo educar en el 2014 que en el 1952.
Por eso necesitamos un método.Una guía que pueda marcar un camino común, válido para mi familia de dos niños en un pueblo y para una familia numerosa en una gran ciudad. Para cualquier tipo de familia, con cualquier tipo de vida, valores o formas de ver el mundo.
Para que podamos ser humanas, no gallinas o leonas. Para que podamos ofrecer a nuestros hijos una estabilidad a través de nuestro estilo educativo,pensado,estudiado y contrastado por profesionales.

Para mi la Disciplina Positiva es ese método.
Yo, desde mi papel de gallina-leona me vi criando hijos entre gritos y arrepentimientos, hasta que descubrí el por qué de mi indecisión y sus berrinches.Los por qués a todo lo que me parecía tan fácil de joven, desde mi posición de canguro, y ahora como madre no podía controlar.
 Descubrí la manera de inculcar los valores que son importantes para mi de una manera amable y eficaz.
Y está funcionando.
 En nuestra familia ya hace mucho que no se oyen rugidos o cacareos...y mi marido dice que si algún día se nos escapa y volvermos a dejar de ser humanos...nos pareceríamos más a Mamá y Papá Pig, de esos que se parten de risa rodando por el suelo...

XD













 


18/11/14

¡Eres un desastre!

"Eduardo tienen los ojos más bonitos de la tercera planta. Compiten con los de Ramona de la segunda, pero los suyos están mucho más vivos,todavía sabe como mirarte y hacer que te sonrojes.

Durante toda su vida había sido un conquistador. En su juventud, las "mocitas" del pueblo en el que vivía se peleaban por sentarse a su lado en misa para que les diera la mano en el momento de la paz.

Eduardo levantaba pasiones.

Vivió como se vivía hace 70 años,sin prisa, en blanco y negro, con un poco de hambre pero jugando en una calle sin coches. Escuchando a Gardel en la radio y robando manzanas del huerto del vecino.

A los 19 conoció a Rosario, que fue hasta el año 2007, el centro de su Universo. Se enamoraron a primera vista en las fiestas del pueblo y vivieron apasionadamente juntos durante 40 años. Viajaron, trabajaron más horas de las que se pueden contar y tuvieron 3 hijos. Una vida casi perfecta. Pero a Rosario se le acabaron las fuerzas en invierno y no llegó a Año Nuevo.

Eduardo necesitó 5 años para volver a tener ganas de salir a la calle y cuando por fín comenzaba a sentir que podía seguir su camino solo, un nuevo e incómodo amigo llamó a su puerta. Parkinson.

Olivia vivía fuera, Carlos tenía demasiados compromisos y José...bueno, José nunca fue muy dado a estar disponible.

Y pasó lo que tenía que pasar. La Residencia "Los Olivos" fue su siguiente domicilio.
Otro año para adaptarse, al "tembleque" como lo llamaba él, a su nueva vida,y volvió a resurgir y ser el "gentleman" que siempre había sido.

Pero había un problema.Tenía un moño alto, como si quisiera ser alguien importante, unas gafas horribles y un trasero demasiado grande para las "maravillosas instalaciones del hogar que siempre había soñado, la residencia Los Olivos".Se llamaba Fina ( para más "inri") y era inconcebiblemente insoportable.

"¿¿¿Ya estamos otra vez Eduardo??? ¿¿¿Ya estamos lanzando sopa hasta la mesa de enfrente???? Te he dicho UN MILLÓN de veces que no empieces hasta que yo llegue!!!No ves que no puedes hacerlo sólo???? aissssss....¡¡¡cansadita me tienes!!!!"

"Eduardooooo, ¡¡que no cojas el vaso si sabes que se te va a derramar hombre!! ¡¡que parece que lo haces a propósito!!! A tí te divierte verme gritar, ¿¿¿verdad???"

No.

A Eduardo ni le apetecía ver cómo ella gritaba ni embadurnanr su chaqueta de Cashmere de sopa juliana.
Pero no quería rendirse. Sólo era eso. Quería seguir intentando valerse por sí mísmo. Ya casi había perdido el control en sus manos y dependía casí totalmente de alguien.

Dejó de intentarlo cuando Fina traspasó el umbral y el 23 de Octubre, durante el desayuno, mientras intentaba untar matequilla en un trozo de pan. Se untó todo menos el pan y Fina le gritó desde la otra punta del comedor: "Ale, mirad todos! Eduardo al ataque, se ha vuelto a poner perdido!! Eres un desastre!!!!"

"Eres un desastre"

No.

No era un desastre,era ex presidente de la primera cadena de tintorerías del país, miembro de 1 ong, fundador de una asociación pro-niños con problemas, padre de 3 hijos y marido fiel. Nunca nadie le había humillado tanto. Ni cuando había estado en la cárcel, ni cuando aquellos ingleses le habían pegado "la paliza de su vida" al desembarcar en Dover, de camino a su vida de emigrante. Ni cuando le habían robado todo en su primer local.

Así que dejó de mirar travieso, de intentar ser un gentleman y de comer solo. Pasaron 6 meses y Eduardo pasaba más tiempo encamado que fuera de la habitación.

Hasta que llegó Irene, que le dió un auténtico repaso en cuanto a ojos bonitos se refiere. Irene era la cuidadora nueva y la chica con el verde más puro en la mirada que había visto jamás.

Durante su primer encuentro Irene le acomodó la almohada. Con tanto tembleque no aguantaba en su sitio más de 10 minutos.

"Hola D. Eduardo,me llamo Irene y voy a acompañarle a partir de ahora. Si necesita cualquier cosa estaré cerca para ayudarle. ¿Me permite acomodarle la almohada? ¿Puedo levantarlo?"

Primer roce: Le pidió permiso para tocarle.

A los pocos días Irene vino a hacerle la cama. Eduardo ya estaba despierto y temiendo que fuera Fina la que apareciera por la puerta.

"Buenos días D.Eduardo, ¿Qué tal ha dormido hoy? Como ya sabrá vengo a hacerle la cama. ¿Le importa que le ayude a bajar y sentarse en la butaca? Sé que es un fastidio para usted pero ...ya sabe!"

Segundo roce: Se interesó por él, le informó de lo que iba a hacer y se puso en su lugar.

Esta chica era un ángel.

Al día siguiente surgió la chispa. Irene, con su actitud y un sólo gesto fue capaz de devolver a Eduardo las ganas de mirar como él sabía, bonito.

Era la hora de la merienda y Fina estaba de baja, no vendría en 15 días. Por eso Eduardo estaba más traquilo y en el comedor no había gritos.

Sentado frente al café y las galletas Eduardo esperaba a que viniera alguien a "alimentarlo".
Irene entró en el comedor y se paseó por su lado varias veces,ocupada con mil encargos.
Entonces sus ojos se cruzaron y ella le hizo un gesto hacia una galleta...mirándola como diciendo "vamos que usted puede!!".

Él sintió una pequeña chispa por dentro y pensó que a lo mejor no estaba todo perdido. Decidió intentarlo para agradecerle a Irene su gesto, su confianza.

Como era de esperar la galleta terminó sus días esmagada contra su codo y el café regando a todos su compañeros a menos de 10 metros a la redonda.

Silencio. Todos le miraban. Eduardo empezó a sudar. Irene le guiñó un ojo, sonrió de medio lado y dijo bien alto "¡¡Ojito con Eduardo que reparte galletas a diestro y siniestro!!¿¿¿Alguien más quiere café???"

Carcajada general.

Eduardo lloraba de risa, de emoción, de alivio, de pena, de viejo, de agradecido...todo a la vez.

Cuando cada uno de los demás "usuarios" volvió a lo suyo,Irene volvió con Eduardo. Limpió el desastre a su alrededor,le quitó los trozos de galleta del pelo y secó el café de su cara sin dejar de mirarle a los ojos ni de agarrarle fuerte de la mano.

Después se sentó a su lado, cogió una galleta, partió un trozo y le dijo : "¿me deja que le ayude un poco? Pero no se acostumbre que me gustan los hombres "echáos palante", ¿eh? Mañana pensamos cómo hacer para que pueda seguir intentándolo si le apetece, hoy seré sus manos un ratito"

Eduardo merendó feliz, sintiéndose un poquito gentleman ora vez, pero sólo un poquito ;)  "


Respeto.
Empatía.
Conexión.
Relaciones horizontales, de igual a igual.
Son los pilares básicos de las relaciones humanas

Éste principio de la Disciplina Positiva no es fácil de transmitir. A veces cuesta interiorizar y asumir que las relaciones horizontales son positivas a la hora de educar. Tendemos a pensar que "tenemos que mandar" para "imponernos". Pensamos que el respeto "se impone" y no se modela.
Esa posición de superioridad respecto al niño, en determinados contextos y momentos, puede llegar facilmente a la falta de respeto.

Por eso he decidido escribir una historia en la que la persona dependiente es un anciano, para que así veamos facilmente cómo se le puede arrebatar la dignidad  a alguien que ha vivido más que nosotros y extrapolarlo a un niño, sobre el que muchas veces tendremos que decidir o guiar, por su bien y para su seguridad o desarrollo como persona.

Es importante que, además de ser tenido en cuenta, el niño se sienta respetado,porque sólo así aprenderá a respetar y tendrá la seguridad y autoestima suficientes para afrontar cada nuevo reto que se le vaya presentando en la vida.

Hablarle a su altura, con un tono adecuado, validando sus sentimientos, respetando sus ritmos, comprendiendo sus reacciones a veces desproporcionadas, manteniéndonos firmes ante los retos que nos propongamos o en los límites que hayamos decidido...Sólo así podremos ofrecerle seguridad, respeto y dignidad como persona, ¡¡¡Aunque sean más bajitos!!!

"Bah, es un niño, no se da cuenta"

Si. Sí se dan cuenta.





María Soto Álvarez de Sotomayor






17/11/14

Hacen falta cosas bonitas...

Educa Bonito no es una empresa, o una marca. Tampoco es un slogan o una campaña de marketing.
Educa Bonito es una redundancia, porque lo que estáis leyendo ésto, sabéis que no hay nada más complicado y bonito en el mundo que ver crecer a tus hijos,acompañarles en cada una de sus etapas y, en definitiva, educarles para la vida.

Hoy hace 965 días que soy madre y quiero educar bonito a mis hijos.
Quiero enseñarles valores de manera respetuosa y consecuente. Quiero que sean adultos felices y que se enfrenten al mundo sin miedos y con ilusiones. Es posible.
Educa Bonito se basa en los principios de la Disciplina Positiva para ayudar a los padres y educadores a entender el por qué de la conducta de los niños en cada etapa, y les dota de múltiples herramientas para atravesar las dificultades que puedan presentarse en cada momento.

He decidido formarme en esta Disciplina y ayudar a otros padres a inculcarla en sus hogares porque estoy convencida de que sólo educando así y fomentando el valor de la familia como núcleo de la sociedad, podremos reconducir la dirección hacia la que nos dirigimos, la cual me asusta y en la que no quiero que mis hijos tengan que verse dentro de unos años.

Hoy en dia hacen falta muchas más cosas bonitas.

Aportemos valores,empatía,generosidad y respeto mutuo a esta sociedad que cada día se hace más difícil para nuestro mayor tesoro: LOS NIÑOS. Ellos son el futuro.


Os invito a que me acompañéis en un viaje que estoy segura de que será Precioso.

Bienvenidos